Lágrima

Lágrima, “El Sentimiento de la Discordia”, “La que sobrevive”, “La Quingentésima Reencarnación”, “La Guardiana de Sensibilidad”… Derramadora de lágrimas cuando cuestiona si  alguien es capaz de amarla. Desconocedora del sabor de su propio orgullo, pues jamás ha sido capaz o ha permitido tragárselo hacia sus adentros.  Es el más complicado de los estados, a la par que se comporta como el más simple, pero es en realidad el más antiguo de los sentimientos en el hogar de cuatro. Si Sensibilidad debe dirigir la fuerza de la tormenta, Lágrima es el pilar que nunca, nunca jamás debe caer o las consecuencias serian catastróficas, el hogar de cuatro sin Lágrima, es como el hogar del recién nacido sin su llanto. Pero, a Lágrima se le agotan las fuerzas. Su carga cada vez es mayor, y ya es demasiado tarde para remediarlo.

Lágrima se labró su porvenir durante los días de su existencia, y cuando una vez terminada su obra, imaginaba una estancia agradable para el resto de sus días, se dio cuenta como muy atrás quedaron los principales problemas que debía haber zanjado con Inocencia. Sin embargo no lo hizo y poco a poco de Inocencia surgió la agitada Histeria. En ello tuvo que ver también su orgullo, dejando  a la Inocencia perdida, sin protector, cuando el origen se perdió en la arena del desierto. Me es imposible continuar hablando más sobre Lágrima, su existencia es un auténtico misterio. Ha vivido  tanto, para lograr tan poco… Sus últimas lágrimas serán aquellas que queden petrificadas entre sus ojos y sus labios, y en su decisión estará, qué hacer con ellas, dejarlas caer o finalmente tragárselas. Sólo entonces será libre, por fin…

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