La Reina De Los Cielos

Como un demonio en la noche,
la oscuridad se alimenta de mi pensamiento,
sus fauces, dentellean,
descuartizan mi bienestar.

Mi sombra caída,
al valle de los condenados.

En el laberinto de mi mente,
no hay escapatoria, ni salida.

Más cuando todo parece desvanecerse,
aparece el cielo azul,
las nubes blancas,
y las aves volando.

En lo alto de las colinas,
las bestias continúan su camino.

Es entonces cuando despierto,
y sus ojos me miran,
la reina de los cielos,
siempre a mi lado.

El Alma Perdida


Mi alma atrapada entre dos espejos,
reflejo infinito de mis dos lados,
mis brazos ya no pueden sostener el mundo.

Mente consciente de sus pensamientos,
no los desea,
pero sin poder detenerlos,
¿dónde queda mi presencia,
si no puedo recuperar ya quien era?

No quiero perderla,
y tanto dolor siento,
pensando que ya lo estoy haciendo.

¿Cómo puedo destruir los engranajes de mi sufrimiento,
y derrotar a la máquina, acabar con la tortura,
que origina este horrible ser que cohabita en mí?

Sólo una vez que de nuevo sea libre,
podré gritar al cielo, desde mi corazón en las manos.
Sólo quiero ser yo, sin dolor, ni lamento.