Las dos rosas

Arreglaba su jardín, lo trataba como si estuviese en una urna de cristal. Su parcela preferida, era la de los rosales. Cuando trataba esta parte, siempre cuidaba con delicadeza cada una de las rosas, pero con especial predilección por dos de ellas.

Pero a veces, el jardinero en su más profunda tristeza, se encerraba en si mismo, y descuidaba el jardín. Cuando despertaba, iba corriendo hacia las dos rosas, las abrazaba, y sentía como las espinas se clavaban en su piel, desprendiendo su sangre.

Una de las veces, una bella doncella, viéndolo sangrar se ofreció a curar sus heridas.

- Podré curar las heridas de tu cuerpo, pero no las que te provocan tu tristeza, aunque pueda ayudarte a hacerlo, tendrás que curarlas tú.

Cada vez que el jardinero, abrazaba a las rosas, la doncella le curaba.

Un dia, el jardinero, después de abrazar las dos rosas, las cortó, y se dirigió a la doncella:

- A ellas me abrazo, y me provocan heridas. Eres tú, quien luego las curas. Una y otra vez, no te cansas, siempre apareces, es admirable tu paciencia.

La doncella le dijo:

- Si en el fondo de tu corazón no viese, algo tan bello, que aparece reflejado en la sangre de tus heridas, descuida, ni una vez te hubiese curado.

El jardinero dijo:

- Estas rosas simbolizan nuestras vidas, son algo hermoso, pero estan llenas de espinas. Provocan dolor y heridas. Sus petalos caen, y con el tiempo, marchitan, pero siempre seguirán siendo bellas.

El jardinero ofreció las rosas a la doncella, y ésta al cogerlas, clavóse una de sus espinas. Apenas sangró una gota, en el dedo pulgar. Rápidamente, el jardinero besó su dedo, y se abrazó a ella fuertemente.

- ¿Ves jardinero, como puedes amar sin herirte ni sentir dolor? Cuando el dolor venga, deja que se vaya, y tus heridas, pueden curarse y cicatrizar. No dejes que el dolor permanezca en tu corazón, pues cierto es que aunque bello, puede volverse triste y gris para siempre. Pero no lo permitirás y yo tampoco.

Poco a poco, el jardinero fue abandonando su tristeza, y regalaba una nueva rosa, cada mañana, junto con un tierno beso y un abrazo, a la doncella más bella de su jardín.

4 comentarios :

  1. - Si en el fondo de tu corazón no viese, algo tan bello, que aparece reflejado en la sangre de tus heridas, descuida, ni una vez te hubiese curado.

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  2. Qué pena que en este puto mundo, y más aún hoy día, haya que tener un puto padrino o el culo como la bandera de Japón pa que aprecien tu talento y cuánto vales, en vez de mirar cuánto vales por lo que llevas en la cartera.
    Sigue así postizo, y no pierdas la ilusión.

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  3. Qué pena que en este puto mundo, y más aún hoy día, haya que tener un puto padrino o el culo como la bandera de Japón pa que aprecien tu talento y cuánto vales, en vez de mirar cuánto vales por lo que llevas en la cartera.
    Sigue así postizo, y no pierdas la ilusión.

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  4. Gracias primo, porque de postizo, no tienes nada.

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