La predicción

No derrames el agua,
el agua que fuera estaba de tí,
Y que por capricho como elección,
bebíste.

Convirtiendo tu jovial cuerpo,
en el pantano de la adversidad,
el caldo original, la sopa de tus adentros.

Olvida lo grande que eres,
pues podría ser este el fin de tu era.

Dónde se juzgaran tus pecados,
por toda la muerte que has causado.

El juicio, aunque justo, podría ser eterno.

Como la naturaleza de tu cuerpo es,
algo en su origen, Inmortal.

No comas el fruto prohibido,
una vez se te dijo,
y a continuación el universo estalló.

Su dirección, en la dualidad,
te conducirá hasta el infinito.

Y aunque puedes parar en cualquier momento,
nada te detiene.

Piénsa antes de hablar, cada palabra que digas.
Más di sin palabras lo que nada quiera decir.

La armonía y la coordinación de tu alma,
dependerán en suma de ello.

Sólo así la predicción, jamás se convertirá,
en toda la perdición de tu raza.

Aquella estrella muere, mírala y siéntela.
Está muriendo por tí, y por ti brillará para siempre.

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