Super 8

Puro reflejo de la niñez de un creativo e infante Spielberg, Super 8 nos muestra cuán ida está la mente de la humanidad. Atrás quedó la hospitalidad que se le ofrecía a un foráneo. Mejor lo destripamos y le sacamos las entrañas a un ser que sólo quiere regresar a casa, por el mismo camino de donde vino. Y claro está, que se cabrea. ET 2, perdón, Super 8, en versión un poco más adulta, pero lo mismo en resumidas cuentas, es una vuelta de tuerca más, una apología a los valores del respeto y la igualdad, no ya sólo entre humanos, sino entre cualesquiera de las almas que puedan pulular por éste universo.

Parece que Vietnam sigue atormentando a los directores de cine estadounidenses, esta vez son niños, pero lo importante es el mensaje. Sin embargo, creo que ya somos conscientes de que continúan sufriendo por aquel apocalipsis del pasado. Quizás es el momento ya de darnos cuenta de que no hay enemigo extraterrestre, sino más bien uno llamado interrestre (el termino intraterrestre ya se aplica a una posible civilización muy avanzada evolutivamente, que coexistiría con la especie humana en el interior de nuestro mundo). En el Area 51 deben de conocer muy bien esta idea, puede que por ello les crezcan tanto los enanos por allí.

Salta a la vista, que el ET de Spielberg era más tierno, aunque este alien sigue siendo tan feo, si no más que él. Como lo cabrean, es perfectamente entendible. Las Super8, las maquetas, los niños cuya creatividad está a flor de piel, y los cubos de rubik grises voladores, son buenos valores añadidos. Lo que verdaderamente importa, también. Que seamos buenos, que no toquemos dónde no debemos, y que si el prójimo parece saber más que nosotros, no lo colguemos de una soga por ello. Y cuando llegue a casa, seguro que descansa, de todos nosotros.

Imagen: http://www.imdb.com/

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