"Hisperya Cerdalis" y los cerdos egoístas hipócritas

  Es ahora, un mundo de fantasía, llamado planeta tierra, donde los cerdos eran egoístas e hipocócritas, y esperaban mientras sentados o tumbados, a que todos los demás cerdos egoístas hipócritas les resolvieran algo.

  Cada cierto tiempo, cuando uno de los cerdos egoístas hipocócritas era apartado del resto por "Pinoccia et manesque" que era quien gobernaba la granja de cerdos egoístas hipocócritas, "Hisperya Cerdalis", el temblor que sentian les dejaba paralizados.

  El cerdo egoísta hipocócrita que desaparecía... no volvía nunca más con el resto. Los demás cerdos egoístas hipócritas creian saber lo que había pasado, pero parecía no importarles, pues continuaban en su dia a dia, con la misma actitud egoísta e hipócrita, que tan bien les caracterizaba.

  Mas un día, cuando dos de los cerdos egoístas hipócritas, trajeron al mundo a un tierno cerdo egoísta hipócrita, de color oscuro grisáceo casi negro, el temblor se sintió más fuerte que nunca, y eso que "Pinoccia et manesque" no había hecho acto de presencia... aún. Era evidente que también temían que "Pinoccia et manesque" se lo llevara, por ser diferente su piel a la "vulgar" piel rosácea de los demás cerdos egoístas hipócritas. Aunque "Pinoccia et manesque" apareció pronto, observó cuanto acontecía, y se marchó sin más.

  Nacieron más cerdos egoístas hipócritas de color oscuro grisáceo casi negro. Cuando estos iban creciendo, su comportamiento de infantes era recordado con anhelo y nostalgia por los demás cerdos egoístas hipócritas. Su apreciado pasado estaba siempre presente, como la nube en el cielo de forma perfecta, y que no obstante, nunca deja caer su lluvia.

  Pero cuando los cerdos egoístas hipócritas de color oscuro grisáceo casi negro, iban alcanzando una edad adulta, los demás cerdos egoístas hipócritas sintieron un temblor que les hizo asustar más que nunca. Los veian actuar de forma extraña, y estaban muy unidos.

  Una mañana "Pinoccia et manesque" apareció dispueta a llevarse a uno de los cerdos egoístas hipócritas de color oscuro grisáceo casi negro. En el momento casi justo cuando lo iba a atrapar, todos los otros cerdos egoístas hipócritas de color oscuro grisáceo casi negro corrieron en dirección a "Pinoccia et manesque", y atravesando la frágil y débil valla que cercaba la granja de "Hisperya Cerdalis", arrastraron con ellos al desvalido cerdo egoísta hipócrita de color oscuro grisáceo casi negro. Corrieron con presura hacía la ancha pradera que los demás cerdos egoístas hipocócritas de "vulgar" piel rosácea ni siquiera habían sido capaces de ver.

  Los cerdos egoístas hipócritas de color oscuro grisáceo casi negro, caminaron por la ancha pradera divisando un paisaje espléndido, compartiendo su experiencia, y viendo que había algo más allá de "Hisperya Cerdalis". "Hisperya Cerdalis" era para ellos la "ilusión" de "Pinoccia et manesque" que deseaba mantener a los cerdos egoistas hipócritas entretenidos y viviendo bajo un cercado, de tal modo que no fuesen capaces de ver, que todo era cubierto por un frágil manto que ocultaba una realidad que existía siempre, más alla de su limitada imaginación.

  Los cerdos egoístas hipócritas de color oscuro grisáceo casi negro sufrieron entonces un terrible temblor que les hizo querer regresar a "Hisperya Cerdalis" con los demás cerdos egoístas hipócritas, pues se sentían más  egoístas e hipócritas que nunca antes y debatiéndose entre la nueva vida que ahora disfrutaban y el sufrimiento de recordar a sus cerdos egoístas hipócritas queridos que habían quedado en "Hisperya Cerdalis"... De pronto, un estruendo y polvareada, no les dejaba ver lo que imaginaron casi con total certeza...  todos los cerdos egoístas hipócritas habían escapado de "Hisperya Cerdalis" y la "ilusión" de "Pinoccia et manesque" había desaparecido de por siempre.

  Los cerdos por fin fueron cerdos, comieron bellotas, se revolcaron en barro, hicieron su ilusión realidad y jamás, jamás volvieron a sufrir el temblor.

  Los personajes de este relato son totalmente ficticios y no guardan ninguna relación con la realidad o realidades que puedan existir. Si te sientes reflejado de algún modo, piensa que un cerdo es un ser como cualquier otro. Eso te incluye a ti, a tu prim@ Teo, a un musgo, un colibrí o una roca del acantilado de Reah (inerte, pero ser).

   Si te vienen a la mente palabras como "dulce y tipico cuento de utópico desenlace", piensa que los cerdos lo consiguieron, ¿por qué tú no? Tú, que piensas con utopía, eres tu propia barrera. Imposible eres tú, y tu freno es la utopía. Si imposible es nada, la nada, no te puede frenar. Persigue tus ilusiones. No estás aquí para vivir la realidad que otros desean que vivas, sino para experimentar tu propia realidad.


No hay comentarios :

Publicar un comentario

Gracias por dejar tu comentario.